Este es un espacio reservado para que te animes a escribir. Para que salga algo de todo lo hermoso que tenés ahí adentro y lo puedas compartir con otros. No estamos esperando alta literatura, simplemente -y no tan simple- que te expreses. Si querés, podés firmar, si no, se puede publicar como "anónimo".
¡Animate!
"LADO B" por Fernanda Musso
Radio caput
POCO RUIDO Y MUCHAS NUECES
PROGRAMA 204 Conduccion Patricia Guillermina Rozas
www.radiocaput.com (de InfoSiberia)
- La primera cena (Fer)
Silencio, gato hambriento te da la bienvenida. Buscás rápido la computadora para que empiece a llenarse el aire con algo de música. Abrís el horno, te calentás unas milanesas. Destapás el vino y te sentás a cenar. Algo tan cotidiano para muchos, puede ser un acontecimiento único, primigenio, fundacional en la vida de una persona. ¿Cómo? Muy simple: de la cena con mamá y papá, pasás sin intervalos a la cena con tu pareja y después de unos años, seguís cenando con tus hijos… hasta que un día, una noche de las más inspiradas, de esas que tomás valor porque venís de bailar con tu vida, abrís la puerta y ponés el plato para uno. Ese encuentro con vos mismo te lo debías.
"Núcleo duro"
El "núcleo duro" tiene un lugar bien determinado: mi cama. Puertas abiertas con vista al cielo y a una tardía florecida Santa Rita que explota de fuxias, yo miro y me dejo inspirar.
También tiene un día y un horario precisos: domingo de 11 a 17h (a veces varía un par de horas más).
Y un sonido envolvente que acompaña: el estruendoso silencio -hasta la hora de los "sonidos agitadóricos" que suenan en la radio-.
Hay otros aditamentos que hacen al ritual: el diario del día (en papel), la computadora encendida receptora de los otros pero cuidadosamente no invasiva, una pava y su mate y la mullidita Jazmín, que nada tiene del blanco aromático y todo del negro negrísimo pelaje suave-.
Es un momento de inmersión en el mundo -a pesar del extremo aislamiento-. La no hora que me conduce a parar, reflexionar, dormir y despertar para seguir leyendo el párrafo absorbido por el inconsciente que avanza con permiso.
El movimiento es casi nulo. Se enrollan y estiran las piernas, vuelta para un lado y luego para el otro. Se acomodan las almohadas para permanecer semi-erguida. Así se comprende mejor, es un reposo atento, una calma activa, un momento de alta exposición del alma. Difícil escaparle a la mentira. Se está al desnudo - a veces, literalmente desnuda- con las sábanas revoltosas como una huella de lo acontecido apenas unas horas antes en la madrugada.
El tránsito es intenso. No puede prolongarse en el tiempo porque sería sumergirse en la pura abstracción. Seductora pero tramposa. Porque si la esencia no sale de sí misma, corre el riesgo de enloquecer de palidez. Hay que sacarla del bunker, contrastarla con la vereda, nutrirla de experiencia, someterla a la acción, que se dé porrazos,que llore de impotencia, que encienda fogones, que vibre con sus hijos, que dance, que cante, que transforme y que sea transformada... para volver al núcleo y así, sucesivamente.
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Para la Bitácora de mis clases de danzas
(Fer)
… Y así, como de la nada misma,
Renació el ave Fénix.
como un árbol en otoño.
Muy vivo por dentro -porque late su savia por sus venas-
pero por fuera está inerte, pelado, casi muerto.
que descienda hasta sus más profundas raíces.
No temas por él. Se entrega a la noche de las incertezas.
Se hunde en sus lágrimas de preguntas sin respuestas. Hiberna.
Le devuelve a la Tierra lo que es de ella y toma sus minerales.
Hasta que tambores ancestrales le marcan el ritmo, respira hondo,
despierta sus gemas, brota la vida y baila con la brisa.
Es primavera.
Mansa y crítica
La noche estaba diáfana, vestida de fiesta. Se puso sus mejores estrellas, guardó prolijamente todo indicio de nubes, desplegó su manto oscuro para que el blanco del astro-estrella hiciera el contraste justo. Tan redonda, tan perfecta.
Y todo parecía quieto, como suspendido en el tiempo. Sin embargo, ¡todo se movía!
Una poderosa fuerza oscura, silenciosamente im per cep ti.......ble iba arrimándose hacia uno de los bordes de la luminosa Luna (la de la luz prestada).
Tal era su brío que implacable, empujaba a la sombra del planeta con tanta desfachatez que olvidaba el pudor propio de quien se sabe desnudo frente a la más bella perfección. Y siguió avanzando, y ya el movimiento no se detuvo sino hasta poseerla por completo.
Y uno estaba ahí, abajo, mirando indiscreto, como un voyeur, participando de la danza amorosa de los astros.
Todo se movía quietamente en un profundo silencio.
De pronto, bajo el mismo cielo, en la idéntica posición que me encontraba, en pleno "estado zen", un chiflido agudo y desafinado como una larguísima letra "i" iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii irrumpió como un haz filoso atravesandome al medio. Era el silbato de un pesado tren trasnochado. Algo de esa ruptura me gustó. Despabilada y activa, dueña de mí y de lo que elijo para mi entorno. Tal vez saberme carne. Peligrosa, también.
Y entonces comprendí. Somos calma y somos ira. El juego está en conocer sin culpa esa dualidad que nos constituye como un ser mortal, como un cósmico enigma.
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Acabo de finalizar el segundo asado de mi vida... un fracaso TOTAL! Casi termina todo en el horno. Decí que apareció un joven vecino (son su novia relojeando a dos metros nuestro) y le puso PAPEL DE DIARIO a mis tímidas brasas y... FUNCIONO!!! Ergo: nunca hagan un asado sin papel de diario.
Eso me pasa por agrandada, el primero salió buenísimo. Creí que con los cositos que encienden el fuego ya estaba el asado listo para comer, pero no. Lo bueno siempre requiere de esfuerzo y mucha paciencia...
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Buen momento
Es como una fuerza centrífuga que empezó a moverse con tanta lentitud que parece quieta. Como el minuto uno del inicio de un huracán que se puso en movimiento y que no se percibe a simple vista la energía... luminosa que puede llegar a tener. Es como un cuerpo planchado en el suelo que despierta lentamente y que se eleva con la danza haciendo un gran espiral, como un remolino que lleva sus brazos desde el vientre hacia el cielo para volver la espiralizarse en el vientre para volver a elevarse al cielo.
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Mansa y crítica
La noche estaba diáfana, vestida de fiesta. Se puso sus mejores estrellas, guardó prolijamente todo indicio de nubes, desplegó su manto oscuro para que el blanco del astro-estrella hiciera el contraste justo. Tan redonda, tan perfecta.
Y todo parecía quieto, como suspendido en el tiempo. Sin embargo, ¡todo se movía!
Una poderosa fuerza oscura, silenciosamente im per cep ti.......ble iba arrimándose hacia uno de los bordes de la luminosa Luna (la de la luz prestada).
Tal era su brío que implacable, empujaba a la sombra del planeta con tanta desfachatez que olvidaba el pudor propio de quien se sabe desnudo frente a la más bella perfección. Y siguió avanzando, y ya el movimiento no se detuvo sino hasta poseerla por completo.
Y uno estaba ahí, abajo, mirando indiscreto, como un voyeur, participando de la danza amorosa de los astros.
Todo se movía quietamente en un profundo silencio.
De pronto, bajo el mismo cielo, en la idéntica posición que me encontraba, en pleno "estado zen", un chiflido agudo y desafinado como una larguísima letra "i" iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii irrumpió como un haz filoso atravesandome al medio. Era el silbato de un pesado tren trasnochado. Algo de esa ruptura me gustó. Despabilada y activa, dueña de mí y de lo que elijo para mi entorno. Tal vez saberme carne. Peligrosa, también.
Y entonces comprendí. Somos calma y somos ira. El juego está en conocer sin culpa esa dualidad que nos constituye como un ser mortal, como un cósmico enigma.
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Vacío
Como el todo sin nada,
Como un ramo sin raíces,
Como canción sin sonido,
Mano sin cuerpo,
Saliva sin lengua,
Alma sin luz…
Risas abandonadas en el áspero y crudo invierno,
Manantial que se escurre, indefectiblemente, entre mis dedos.
¿Cómo amar sin existencia?
¿Cómo respirar sin aire?
Vacío, así está hoy mi corazón…
Como la nada misma,
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Se revuelcan, se estremecen, se liberan, se aprietan, se
ensordecen, se mascullan, se remolinotean, se abisman, se cosen, se tejen, se
lamean, se orgasman, se abrazan, se reflejan, se chorrean, se exploran, se
permean, se agitan, se extasean, se aman locamente, se pierden, se renacen, se
miran, se sumergen, se duermen y se despiertan en un nuevo revuelco…
